Título: | Amapolas naranjas. |
Soporte: | Cartón entelado. |
Pintura: | Óleo. |
Tamaño: | Lienzo visible: 27 cms. (alto) y 35 cms. (ancho). |
Notas: | Obra original única basada en fotografía de la autora. Primera foto hecha con luz natural. Segunda foto hecha con luz blanca en interior. |
PRECIO: | 14.990 € |
Amapolas de Resiliencia
Cada cuadro que pinto es una ventana a mi alma, una forma de expresar lo que las palabras a veces no pueden capturar. Esta obra, un óleo sobre tablilla entelada de 27 por 35 centímetros, es particularmente especial para mí. Está basada en una fotografía propia, como es mi costumbre, pero lo que la hace única es cómo refleja el estado de mi mundo en ese momento. Las amapolas que pinté no son solo flores; son un símbolo de mi supervivencia, de mi lucha por mantenerme firme a pesar de todo.
La fotografía que inspiró este cuadro fue tomada en un día en el que me sentía particularmente conectada con la naturaleza. Estaba buscando algo que capturara mi estado de ánimo, y cuando vi esas amapolas, supe que había encontrado lo que buscaba. Las amapolas siempre me han fascinado, no solo por su belleza delicada, sino por lo que representan para mí: una fuerza inquebrantable que persiste a pesar de las adversidades. Estas flores pueden parecer frágiles, con sus pétalos finos y sus tallos delgados, pero tienen una capacidad sorprendente para florecer incluso en los suelos más difíciles.
Al trasladar la imagen de la fotografía al lienzo, quise capturar no solo la apariencia de las amapolas, sino su espíritu. Trabajar en esta obra fue un proceso profundamente introspectivo. Cada pincelada era una afirmación de mi propio deseo de sobrevivir, de florecer en medio de las dificultades. Las amapolas en mi cuadro están vivas, llenas de color y energía, porque así es como quería verme a mí misma: viva, resiliente, capaz de seguir adelante sin importar lo que ocurra a mi alrededor.
El óleo sobre tablilla entelada fue el medio perfecto para esta obra. La textura de la tablilla me permitió trabajar con precisión, concentrándome en los detalles que le dan vida a la imagen. Quería que cada pétalo, cada hoja, reflejara la luz de una manera que hiciera sentir que las amapolas estaban ahí, al alcance de la mano. Las transiciones de color, desde el rojo vibrante de los pétalos hasta los verdes y marrones del fondo, fueron cruciales para crear esa sensación de vitalidad.
Mi proceso de creación casi siempre comienza con una fotografía. Es mi forma de conectar con la naturaleza, de capturar momentos efímeros que luego puedo expandir y explorar en mis cuadros. La fotografía me da una base sólida desde la cual puedo trabajar, pero el cuadro final siempre se convierte en algo más, algo que va más allá de la simple representación visual. Es una traducción de mi mundo interior, de mis emociones y mis luchas, a través de la naturaleza que tanto amo.
En este caso, las amapolas no son solo un tema floral; son un reflejo de mi estado emocional. En el momento en que trabajé en esta obra, mi vida estaba llena de desafíos, y me aferraba a mi arte como una forma de encontrar paz y equilibrio. Las amapolas, con su capacidad para sobrevivir y prosperar en condiciones difíciles, se convirtieron en mi inspiración y mi ancla. A través de ellas, pude expresar mi determinación de seguir adelante, de no dejarme vencer por las circunstancias.
Este cuadro, aunque de tamaño modesto, encierra una gran parte de mi alma. Es una representación de mi lucha interna, pero también de mi esperanza y mi fuerza. Las amapolas en el lienzo no son solo un reflejo de la naturaleza, sino un reflejo de mí misma. Quise que cada observador sintiera esa fuerza, esa vitalidad, esa insistencia en sobrevivir y florecer, sin importar lo que ocurra.
Al final, esta obra es un recordatorio de que la belleza y la fuerza pueden encontrarse en los lugares más inesperados, y que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para que algo hermoso crezca. Cada vez que miro este cuadro, me recuerda mi propio camino, mi propia resiliencia, y me da la energía para seguir creando, para seguir viendo la vida en todo lo que me rodea.
Este es mi mundo, plasmado en un cuadro. Es mi supervivencia, mi lucha, y mi triunfo, todo a través de la delicada pero poderosa imagen de unas simples amapolas.
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